En el imaginario popular se asocian inmediatamente infarto y dolor en el brazo izquierdo, pero el síntoma inequívoco de infarto de miocardio es un dolor intenso, opresivo y súbito en el pecho para hombres, y algo más variable en las mujeres.
Es una de las escenas de película más socorridas: Un hombre camina tranquilamente por la calle, de repente se detiene, su rostro en agonía, sujetándose con fuerza el brazo izquierdo. Inmediatamente, el espectador entiende que está sufriendo un ataque al corazón.
Infarto y dolor en el brazo izquierdo van de la mano para muchas personas, pero este es un indicativo poco fiable. Además, como veremos en este artículo, hombres y mujeres presentan síntomas diferentes asociados al infarto de miocardio, y el dolor en el brazo no es necesariamente uno de ellos.
Una de cada tres muertes en España se debe a enfermedades cardiovasculares. Sigue siendo la primera causa de muerte en nuestro país y a nivel global. Con la ayuda del doctor Gonzalo Peña, jefe del servicio de Cardiología del Hospital San Rafael, explicamos cómo reconocer los síntomas de un ataque al corazón y actuar con rapidez para salvar vidas.
¿Qué es un infarto agudo de miocardio?
El infarto agudo de miocardio, conocido coloquialmente como infarto o ataque al corazón, es un problema médico grave que puede provocar la muerte en minutos si no se atiende con urgencia.
Se produce debido a la obstrucción del flujo sanguíneo de las arterias del corazón por un trombo generado por la acumulación de placas de colesterol, grasas y células inflamatorias en las paredes arteriales.
A partir de ese momento, el músculo cardíaco de la zona afectada comienza a morir por falta de riego sanguíneo y el daño es irreversible. Las consecuencias y secuelas del infarto son más graves cuanto mayor es el área de músculo cardíaco dañada.
El infarto, al igual que la angina de pecho, es lo que se denomina la cardiopatía isquémica. Ambas están relacionas con problemas en el flujo sanguíneo al corazón. A diferencia de la angina, el infarto agudo de miocardio aparece de forma brusca e intensa cuando una arteria se tapona al formarse un coágulo sanguíneo y provoca necrosis (muerte celular).
Infarto y dolor en el brazo izquierdo en hombres y mujeres
Como hemos mencionado, mucha gente asocia infarto y dolor en el brazo izquierdo de forma automática tras haberlo visto o escuchado en algún momento. Si bien es un posible síntoma de infarto, el dolor en el brazo es un dolor referido y no siempre está presente durante un ataque al corazón.
Los síntomas del infarto de miocardio se manifiestan de forma ligeramente diferente en hombres y mujeres. Los varones experimentan un dolor de pecho repentino e intenso, acompañado de una sensación de opresión que no desaparece tras 15 minutos.
La sensación de malestar puede extenderse a la mandíbula, el cuello, la espalda, la boca del estómago o, como dice la creencia popular, en efecto, el brazo izquierdo, pero también el derecho. En ocasiones, pueden aparecer otros signos como sudor frío, dificultad para respirar, náuseas o vómitos.
En el caso de las mujeres, el dolor o sensación de presión en el pecho aparece con menos frecuencia y es más habitual que se presenten otros síntomas como dificultad para respirar, fatiga, palpitaciones, mareos, sensación de indigestión, náuseas o dolor en el cuello y la mandíbula.
Alrededor de una cuarta parte de los infartos son silenciosos, ocurren sin manifestar síntomas, lo que dificulta su detección y tratamiento. Ocurre, sobre todo, en personas de avanzada edad o con diabetes.
¿Por qué me duele el brazo izquierdo?
La relación entre infarto y dolor en el brazo izquierdo se explica por el fenómeno de «dolor referido». Esto ocurre cuando el dolor originado en una parte del cuerpo, como el pecho durante un infarto de miocardio, se percibe en otro punto, como el brazo, la mandíbula, etc.
Durante un ataque cardíaco, el foco del dolor está en el pecho, donde el corazón está sufriendo. Desde ahí, la sensación es extiende por las vías nerviosas hasta hacerse sentir en el brazo. Por tanto, cuando el dolor está aislado en el brazo, es posible que no se trate de un infarto.
Existen múltiples causas que pueden explicar un dolor agudo en las extremidades superiores. Desde un esguince o una distensión muscular, hasta una tendinitis u otro tipo de inflamación. Un nervio pinzado, artritis o problemas de circulación también pueden ocasionar dolor, entumecimiento y cosquilleo en el brazo.
Tal vez la sensación más parecida a la de un infarto sea la de un ataque de pánico. Los altos niveles de ansiedad liberan hormonas del estrés, como el cortisol, que puede causar tensión muscular y, por tanto, dolor. Además, esto va acompañado de palpitaciones, sudor frío y dificultades respiratorias que pueden asociarse con un ataque cardíaco.
En cualquier caso, si el dolor en el brazo izquierdo se presenta repentinamente, no disminuye con el tiempo ni al cambiar de postura, y va acompañado de dolor y opresión en el pecho, es posible que se trate de un infarto agudo de miocardio.
¿Qué hacer en caso de infarto?
Ante la sospecha de infarto de miocardio, es recomendable ponerse en contacto de inmediato con los servicios de emergencias a través del teléfono gratuito 112. Es fundamental mantener la calma y seguir las instrucciones del personal médico de asistencia. El estrés eleva la presión sobre el corazón y contribuye a empeorar los síntomas.
Una actuación rápida puede salvar la vida de una persona víctima de un infarto agudo de miocardio. Es por ello que España cuenta con una Red de Desfibriladores Externos Semi Automáticos (DESA) distribuidos en espacios públicos de todo el país.
En Galicia, solo personal con formación específica puede utilizar los DESA. Solo en situaciones excepcionales, cuando la vida del paciente está en peligro y la ambulancia no puede llegar a tiempo, el 061 puede tomar la decisión de asistir telefónicamente a un ciudadano para usar un desfibrilador externo.
La popular asociación de infarto y dolor en el brazo izquierdo ha contribuido a concienciar al público a la hora de reaccionar con rapidez ante un posible ataque cardíaco y salvar vidas. Pero el infarto de miocardio está causado por factores que se gestan durante años.
Lo mejor que uno puede hacer para reducir las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio es controlar los factores de riesgo. Los más comunes son la hipertensión, el tabaco, la diabetes, el colesterol, la obesidad y el sedentarismo. A mayores, las mujeres tienen más posibilidad de sufrir infartos relacionados con cambios hormonales durante el embarazo, el uso de conceptivos o la menopausia.
Cabe destacar que cualquier persona puede sufrir un infarto de miocardio aunque no padezca patologías cardíacas previas. Si bien es más común a edades más avanzadas, la incidencia entre los jóvenes está creciendo.