
La diabetes es una de las enfermedades más invalidantes del siglo XXI, y su incidencia en la población mundial ha aumentado dramáticamente en los últimos años. El principal problema de los pacientes con diabetes es el desarrollo de serias complicaciones mayores a medio-largo plazo como eventos cardio-vasculares (infartos de miocardio, ictus cerebrales, etc), insuficiencia renal y la úlcera del pie diabético.
Las úlceras en los pacientes con diabetes son una de las complicaciones más devastadoras y se estima que uno de cada seis pacientes con diabetes tienen probabilidades de desarrollar úlceras. La causa de aparición de una úlcera en el pie diabético es la combinación de varios factores: la neuropatía periférica (pérdida de sensibilidad en el pie/sequedad), las deformidades óseas (por mal apoyo del pie) y la arteriopatía periférica (falta de riego sanguíneo en los miembros inferiores).
La principal causa de ingreso en el hospital en pacientes diabéticos es la infección de úlceras en las extremidades y la falta de circulación periférica. Desgraciadamente, muchas de las úlceras del pie diabético acaban en la amputación mayor de la pierna (por encima de la rodilla). De las amputaciones realizadas en los hospitales, 7 de cada 10 lo son en pacientes diabéticos. Además se calcula que a nivel mundial cada 30 segundos alguien pierde una extremidad debido a la diabetes, según el Grupo de Trabajo de Pie Diabético de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular.
La prevención, la detección temprana de las causas y los cuidados especializados de los pies en pacientes diabéticos son la mejor estrategia para cuidarse contra la úlcera del pie diabético y prevenir la amputación de la extremidad.
En los últimos años se han desarrollado unidades multidisciplinares de Pie Diabético, coordinadas por especialistas en Angiología y Cirugía Vascular, en Endocrinología y por podólogos. Estas unidades han demostrado su eficacia en la disminución de amputaciones de miembros; por tanto, los angiólogos y cirujanos vasculares son los especialistas más cualificados para realizar la valoración de lesiones y de la úlcera del pie diabético, ya que detectando a tiempo las causas de las úlceras pueden realizar el tratamiento más adecuado con técnicas endovasculares (mínimamente invasivas) y/o quirúrgicos para mejorar la circulación en las piernas y evitar la amputación.
¿Cuáles son las principales preocupaciones acerca de la úlcera del pie diabético?
Mi padre tiene 81 años y diabetes. Desde hace unos meses tiene una herida provocada por un zapato que no acaba de curar, pero no le duele y por eso ha tardado tanto en avisarnos. Ya hemos visitado a un podólogo que le ha realizado curas pero la lesión se mantiene abierta y el podólogo nos ha comentado que puede tener problemas de circulación por lo que debe valorarlo un cirujano vascular. Nos ha dejado bastante preocupados, ¿pero tiene realmente mi padre riesgo de que le amputen de la pierna?
Sabemos que los pacientes con diabetes presentan entre otras complicaciones la afectación de la circulación y de los nervios en las piernas, esto provoca pérdida de sensibilidad, por eso no le duele la herida del pie a su padre y la mala circulación hace que no curen las heridas.
Efectivamente, como le ha indicado su podólogo, es necesario que sea valorado lo antes posible por un cirujano vascular para realizar los estudios pertinentes y determinar el grado de falta de circulación en la pierna y las posibilidades de revascularizarla (llevar sangre de nuevo al pie). Desgraciadamente en un muy elevado porcentaje de pacientes diabéticos estas lesiones que parecen poca cosa pueden sobre infectarse, provocar una gangrena húmeda en pocos días de evolución y que la única opción sea la amputación de la pierna.
Tengo 53 años y me han diagnosticado hace 2 meses de diabetes pero de momento solo me trato con pastillas. Mi médico me ha informado de todos los problemas que conlleva esta enfermedad si no me cuido y me ha insistido especialmente en el cuidado e higiene de los pies. En mi familia ya hay antecedentes de problemas de circulación graves, ¿es necesario que consulte ya a un especialista de la circulación o que síntomas deben aparecer para hacerlo? Y otra cuestión, como soy autónomo no puedo perder muchos días en acudir a distintas consultas, a pruebas y a nuevas citas para ver los resultados, ¿podría hacerlo en una única visita? Ah! y por ultimo, ¿me van a doler esas pruebas? Gracias.
Vamos por partes. A su primera pregunta, si ya le han diagnosticado de diabetes es necesario que sea estricto con el tratamiento y los controles de la enfermedad ya que niveles elevados mantenidos de azúcar afectan directamente a la circulación en las piernas. En mi opinión, debe usted consultar a un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, para que haga una valoración de la situación y de los riesgos particulares que usted tiene de desarrollar una úlcera del pie diabético: el grado de sensibilidad, el apoyo correcto o no de la planta del pie y si la circulación está muy afectada o no y esto no debe limitarse a la existencia de pulsos en el pie o no.
En cuanto al número de visitas necesarias, no se preocupe, en la gran mayoría de los pacientes en una primera consulta en la que se realiza un estudio ecográfico y Doppler completo de la circulación puede determinarse la necesidad o no de realizar un procedimiento para llevar sangre a la piernas y si usted tiene un riesgo medio o elevado de sufrir complicaciones circulatorias severas. Ninguna de estas pruebas duele, ya que son realizadas con ultrasonidos y solo en caso de necesitar una operación se solicitarían otras pruebas, como un angioTC con contraste, para determinar el alcance de las lesiones y la técnica más apropiada para usted.
A mi abuela, que tiene 83 años, la llevamos a Urgencias por unas úlceras y le han dicho en el hospital que tiene fatal la circulación en una pierna y que como además tiene diabetes y es muy mayor que no hay nada que hacer. También nos han dicho que hasta la ha visto un cirujano pero que al tener mal las arterias debajo de las rodillas que ya no se puede operar para llevar sangre, que lo mejor para ella es la amputación de la pierna y que no sufra mas. Nos hemos ido para casa con mucha pena ya que ella no acepta perder la pierna, pero tiene dolor. Mi pregunta es si debemos pedir una segunda opinión especializada por si existe alguna posibilidad de salvar la pierna.
Lo primero decirle que puedo imaginarme el drama familiar que están viviendo con esta situación ya que me he enfrentado a ella en muchas ocasiones en mi carrera profesional y es siempre una situación delicada. En primer lugar, decirle que hoy en día la enfermedad de las arterias infra poplíteas (por debajo de las rodillas) que es la más frecuente en diabéticos no es motivo de no realizar un intento de revascularizar el miembro en peligro.
En los últimos 15 años la tecnología ha avanzado muchísimo y con técnicas mínimamente invasivas, incluso con anestesia local, puede introducirse una guía dentro de esas arterias pequeñas y dilatarlas o poner un stent donde sea preciso, de modo similar a lo que hacen los cardiólogos en el corazón, para que me entienda.
Antes de realizar una amputación de una pierna pueden y deben realizarse pruebas para agotar todas las posibilidades de llevar sangre, ya que en mi opinión, y en la de muchos otros cirujanos vasculares la amputación es un fracaso terapéutico. No obstante, y desgraciadamente, hay casos en los que si la úlcera del pie diabético o las lesiones están muy avanzadas, con afectación de tendones y huesos o hay infecciones severas, pueden no existir opciones reales de salvar la pierna.
Tengo 74 años y diabetes. Hace 10 años me hicieron un bypass en una pierna porque tenía mal la circulación y me dolían las piernas al caminar, “tenía la enfermedad de los escaparates”. Todo fue bien tras la operación y a los dos años en la revisión me dijeron que estaba curado y me dieron el alta. Desde hace unos meses me vuelve a doler la pierna y noto el pie algo más frío y además entre los dedos tengo una herida que no me cura. ¿Es normal o tengo que ir a consulta con el especialista?
Si usted esta operado de un bypass y desde hace unos meses ha notado un cambio de temperatura u otros síntomas en la pierna debería consultar, lo antes posible, con un especialista en Cirugía Vascular para que le estudie correctamente y determine el estado de la circulación. Cuando los cirujanos vasculares realizamos bypasses o procedimientos endovasculares (angioplastias/stents) para mejorar la circulación, estamos arreglando partes de la vasos sanguíneos que están muy dañados, pero no curamos las enfermedades que lo causan, que son la ateroesclerosis y la diabetes.
Por tanto, los pacientes que han sido ya intervenidos, como es su caso, deben de ser seguidos de por vida en consulta, al menos una vez al año, ya que con pruebas no invasivas como la ecografía Doppler puede valorarse el estado de ese bypass o stent, si presenta estenosis (estrechamientos) o si el bypass se ha ocluido y ya no funciona. Si detectáramos alguna complicación y si los síntomas lo justificaran, como parece su caso, podría necesitar una nueva intervención vascular.