La medicina, al igual que otros campos científicos, ha experimentado grandes avances en las últimas décadas. Transformaciones que han permitido a los profesionales de la salud combatir problemas y enfermedades médicas que antaño causaban un gran dolor a las personas. En el terreno de las especialidades quirúrgicas, el diseño e implementación de nuevas tecnologías, como el sistema Da Vinci XI, ha contribuido a que los cirujanos puedan intervenir en los cuerpos empleando técnicas como la cirugía mínimamente invasiva. Procedimientos que facilitan, extraordinariamente, la recuperación de los pacientes.
Leonardo Da Vinci es, quizás, el artista más famoso de todos los tiempos. La Mona Lisa, La última cena, La dama del armiño… Decenas de sus cuadros han quedado fijados en nuestro imaginario colectivo y son visitados, año tras año, por millones de personas. Pero además de pintor, Da Vinci fue el epítome del hombre renacentista. Pintaba, dibujaba, escribía e inventaba. Precisamente su faceta como inventor lo llevó a diseñar y construir el Automa cavaliere, el primer robot de la Historia.
Si a ello le sumamos otra de las grandes herencias del genio italiano: el Hombre de Vitruvio, un estudio anatómico de las proporciones del cuerpo humano, a nadie le puede sorprender que Da Vinci haya influido en la ciencia occidental durante siglos.
Teniendo en cuenta todo esto, qué mejor nombre qué Da Vinci, para bautizar al sistema quirúrgico que ha contribuido a desarrollar una técnica médica de vanguardia como la cirugía mínimamente invasiva.
Componentes del sistema robótico Da Vinci XI
El Da Vinci XI es una plataforma conformada por tres componentes que permiten a los profesionales realizar operaciones de cirugía mínimamente invasiva. Es decir, que no estamos hablando de robots autónomos, sino que deben ser operados en todo momento por profesionales médicos.
Los elementos que componen estos sistemas son la consola quirúrgica, el carro del paciente y la torre de visión. Mediante su interrelación, el cirujano puede ejecutar intervenciones con un enorme grado de precisión.
La consola quirúrgica
Es la sala de mandos del sistema robótico. Desde ella el cirujano controla y maneja la máquina. Para ello, dispone de pedales y manipuladores, así como un endoscopio 3D e instrumentos articulados Endowrist. Así, el médico que está realizando la intervención puede trabajar empleando, a la vez, la vista y las manos. Precisamente la visión es una de las claves del Da Vinci XI, puesto que la misma alcanza un enorme grado de detalle.
Así, el cirujano tiene la posibilidad de observar los movimientos a la escala de sus manos y cambiar un modo de campo completo por otro de imágenes múltiples, en el que el médico puede ver imágenes auxiliares a la vez que observa la imagen quirúrgica.
Todo ello contribuye a que las maniobras llevadas a cabo por el cirujano sean extraordinariamente firmes y adquieran un gran nivel de precisión.
El carro del paciente
Si la consola es la sala de mandos, desde la que el médico toma las decisiones y efectúa las maniobras, el carro del paciente es su brazo ejecutor o, dicho de otra forma, el encargado de replicar los movimientos que realiza el profesional. Este componente consta de cuatro brazos que se mueven siguiendo las órdenes dadas por el cirujano desde la consola.
Los diversos movimientos de los brazos robóticos se realizan en torno a un punto fijo, denominado centro remoto. Así, los instrumentos y el endoscopio se pueden mover reduciendo sobre manera la fuerza que se aplica al cuerpo del paciente, lo cual contribuye, claro está, al éxito de la cirugía mínimamente invasiva.
Si el cirujano es el que dirige el carro del paciente, cuenta con la colaboración de un asistente para encargarse de sustituir los instrumentos colocados en los brazos robóticos. Esta persona también se encarga de seleccionar en la pantalla del carro, el tipo de intervención que se va a ejecutar, para que el sistema sitúe a los brazos en la posición óptima. Además, también puede colocarlos de forma manual, modificando su altura y/o rotación.
De esta forma se ahonda en la noción de la medicina como un trabajo coral, en el que todos los profesionales se coordinan y ayudan para lograr la curación del paciente.
Torre de visión
En este componente es donde se elabora y procesa la imagen que permite ver con un extraordinario detalle el campo quirúrgico.
De tal forma que, a través de la consola de mandos, el cirujano dirige y efectúa la intervención, que se ejecuta sobre el cuerpo del paciente gracias a los brazos robóticos y que se puede observar mediante la torre de visión.
Así, los equipos Da Vinci XI, combinan técnica y tecnología para ponerlas al servicio de la cirugía mínimamente invasiva. Y, por ende, de los pacientes.
Características y aplicaciones médicas
La instalación de sistemas Da Vinci ha revolucionado el funcionamiento de los quirófanos, hasta el punto de convertirse en un bien de gran valor para los hospitales que, como el San Rafael, han invertido en esta tecnología puntera.
No solo por todas las acciones que permite acometer, sino, también, por su adaptabilidad a múltiples tipos de intervenciones y especialidades quirúrgicas.
Así, el Da Vinci XI se puede usar para llevar la técnica de la cirugía mínimamente invasiva a campos como la cirugía cardiaca, la torácica o la pediátrica, la ginecología, la urología o la otorrinolaringología. Además, también es muy útil para el tratamiento del cáncer, puesto que, al disminuir el grado de agresión sobre el cuerpo de los pacientes, se logra preservar su respuesta inmunitaria.
La adaptabilidad del sistema Da Vinci XI también le permite interactuar con otras tecnologías que se emplean en los quirófanos, retroalimentándose y contribuyendo a optimizar los procedimientos quirúrgicos.
Por otra parte, Da Vinci XI incorpora otras funcionalidades que fortalecen su adaptabilidad a una larga lista de escenarios e intervenciones quirúrgicas. Tales como:
- Anula el temblor de las manos de los cirujanos, así como la posibilidad de que se cometan movimientos involuntarios.
- La visión del campo quirúrgico puede aumentarse hasta 10 veces, permitiendo una observación milimétrica y en 3D.
- Gracias al sistema robótico Da Vinci XI se puede realizar cirugías multicuadrante sin tener que desplazar ni al paciente, ni al carro.
¿Qué es la cirugía mínimamente invasiva?
La cirugía clásica consiste en realizar grandes incisiones para acceder a los órganos de la anatomía del paciente sobre los que se debe intervenir. En cambio, en la cirugía mínimamente invasiva se llevan a cabo pequeñas incisiones hechas con extrema precisión y sin ejercer fuerza gracias a los conocimientos y técnica de los cirujanos y los avances tecnológicos incorporados por el sistema Da Vinci XI.
Así, el saber hacer de los profesionales se ve potenciado por la posibilidad de ampliar los movimientos, emplear brazos robóticos y poder contar con un monitor que reproduzca imágenes con gran detalle.
Todo ello redunda en una serie de beneficios para el paciente, tanto en lo relativo a la intervención en sí, como en lo que respecta al postoperatorio. Y contribuye a potenciar el trabajo de los cirujanos, facilitándoles herramientas que permiten realizar intervenciones con una precisión milimétrica.
Beneficios para el paciente
En primer lugar, los avances técnicos y tecnológicos que han conducido a la medicina hacia la cirugía mínimamente invasiva contribuyen a que las intervenciones sean, como ya hemos indicado, más precisas. Minimizándose, así, las posibilidades de cometer errores, a la vez que se reducen el riesgo de infección y la pérdida de sangre.
En segundo lugar, la cirugía mínimamente invasiva tiene un gran impacto a posteriori, es decir, durante el proceso postoperatorio. Puesto que:
- Genera menos molestias y dolor una vez que comienza la recuperación del paciente.
- Facilita que el paciente regrese a su vida normal de forma más rápida.
- Contribuye a que la estancia hospitalaria sea más corta y que el paciente pueda volver en el menor tiempo posible a su hogar.
Ventajas para el médico
Los avances tecnológicos y científicos que han revolucionado la medicina en las últimas décadas, han contribuido a poner en valor el trabajo y los conocimientos de los profesionales de la salud.
La cirugía mínimamente invasiva y la implementación del robot Da Vinci XI, continúan en esa misma dirección. Contribuyendo a que el trabajo de los cirujanos sea más preciso y potenciando su capacidad técnica. De entre las ventajas que supone su uso podemos destacar:
- La visión milimétrica y en 3D les permite observar a la perfección el campo quirúrgico.
- Al anularse el temblor de las manos, los movimientos pueden ser más precisos y firmes.
- Los brazos robóticos y los instrumentos que incorporan permiten un mayor rango de movimientos y que estos puedan ser de 360º.
- Se facilita la intervención en zonas de difícil acceso, sin tener que llevar a cabo grandes incisiones.
El Da Vinci XI del Hospital San Rafael
Teniendo en cuenta las ventajas y beneficios que venimos de abordar, el Hospital San Rafael incorporó el sistema robótico Da Vinci XI, dentro de su apuesta por la cirugía mínimamente invasiva.
Este sistema quirúrgico de vanguardia forma parte del equipamiento de Cirugía General del Hospital. Su implementación ha contribuido a reducir la estancia hospitalaria media de los pacientes que han sido intervenidos empleando las técnicas de la cirugía mínimamente invasiva. Facilitando, además, el proceso de recuperación y reduciendo al mínimo el surgimiento de complicaciones durante las intervenciones.
De tal forma que el talento, la experiencia y los conocimientos de los cirujanos del Hospital San Rafael y del resto de personal sanitario que los asiste durante los procedimientos quirúrgicos se han visto reforzados por los avances tecnológicos del sistema Da Vinci XI.
El trabajo coordinado de los profesionales de la salud y la incorporación de este robot de vanguardia han permitido al Hospital optimizar las intervenciones y los procesos quirúrgicos y tratar con una extraordinaria precisión patologías y dolencias, que requieren cirugía.