Es posible diferenciar varios tipos de asma en función de su nivel de gravedad y de la causa que desencadena los síntomas
Cuando el simple hecho de respirar se convierte en un desafío, las consecuencias en la salud pueden ser muy severas. Las personas asmáticas lo saben de primera mano. Pero no todos los casos son iguales: existen diferentes tipos de asma. Y lo que para algunos pacientes pueden ser actividades asequibles, para otros pueden representar auténticos retos.
«El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias. Esto significa que los bronquios, que son los tubos que llevan el aire a los pulmones, se inflaman y se estrechan, lo que dificulta la respiración», resume Santiago Rodríguez-Segade Alonso, especialista en Neumología del Hospital San Rafael de A Coruña.
Según los datos recopilados por la Guía Española para el Manejo del Asma, un documento elaborado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), entre el 5 % y el 10 % de la población española padece asma. Unos porcentajes que se traducen en una cifra superior a los dos millones de personas.
En la mayoría de los casos, esta patología suele aparecer por primera vez durante la infancia o la adolescencia. Y, debido a su carácter crónico, permanece toda la vida. No existe una cura que la erradique de forma definitiva. A pesar de ello, con el tratamiento adecuado para cada uno de los tipos de asma es posible combatir los síntomas como la dificultad para respirar, las sibilancias, la opresión en el pecho o la tos, que es más frecuente durante la noche o al despertar.
Ahora bien, ¿cuáles son los principales tipos de asma? Realmente existen dos grandes respuestas a esta pregunta, dado que esta enfermedad se puede clasificar atendiendo a las causas que desatan las crisis o a su grado de severidad.
Los tipos de asma en función de su causa
«Históricamente se han definido muchos tipos de asma», señala el doctor Rodríguez-Segade, que agrega que el más frecuente «es el asma alérgica, especialmente en niños y jóvenes». No obstante, el facultativo aclara que según la Guía Española para el Manejo del Asma «se ha reducido la necesidad de clasificar el asma en diferentes fenotipos, especialmente en los casos menos graves, ya que estos responden bien el tratamiento habitual».
De todos modos, es posible diferenciar entre el asma alérgica, el asma no alérgica, el asma estacional, el asma ocupacional, el asma inducida por ejercicio o el asma eosinofílica.
Asma alérgica
Como su nombre indica, el primero y el más popular de los tipos de asma está causado por los alérgenos. Ácaros del polvo, polen, epitelio de perros o gatos, moho, cucarachas… Se han identificado multitud de factores con capacidad de provocar una crisis asmática. Normalmente, el asma alérgica suele estar ligada a otras afecciones como la rinitis o el eccema, y medidas como limpiar regularmente el hogar o mantenerse alejado de los animales pueden producir un incremento del bienestar muy significativo.
Asma no alérgica
Al contrario que en el asma alérgica, en el asma no alérgica no es necesaria la interacción con ningún alérgeno para detonar un ataque. En este caso, los síntomas suelen aparecer como consecuencia de factores ambientales como el frío, la humedad, las infecciones respiratorias o, incluso, el estrés. Esta afección, además, es más común entre los adultos.
Asma estacional
Los pacientes con asma estacional tienen a sufrir las molestias respiratorias en una época concreta del año, mientras que el resto de los meses no suelen estar tan afectados. Estos períodos suelen coincidir con el invierno, debido al repunte de virus, o con la primavera, debido al ascenso de los niveles de polen.
Asma ocupacional
¿Puede el trabajo ser el responsable de alguno de los tipos de asma? La respuesta es afirmativa. Hay empleos en los que los profesionales están en contacto permanente con productos químicos, insecticidas, aerosoles o pinturas. Esta exposición constante podría afectar significativamente a su respiración, que mejora de manera sustancial al finalizar la jornada laboral o al abandonar el puesto de trabajo.
Asma inducida por ejercicio
En ocasiones, los síntomas del asma surgen durante o tras la práctica de deporte. Las personas asmáticas con más propensas a experimentar sibilancias, tos o dolor de pecho al realizar esfuerzos físicos o actividades intensas: una serie de molestias que se pueden prevenir o frenar con un inhalador de rescate.
Asma eosinofílica
Para comprender el último de los tipos de asma es imprescindible conocer qué son los eosinófilos, una clase de glóbulos blancos cruciales para defendernos de los patógenos. Sin embargo, los pacientes con alergias o asma suelen presentar una concentración en sangre de estos leucocitos demasiado elevada. Y este exceso tiende a generar una inflamación de las vías respiratorias, lo que da lugar a las manifestaciones características del asma.
Los tipos de asma en función de su gravedad
Existe, como mencionamos anteriormente, una segunda clasificación de los tipos de asma: aquella que se centra en la frecuencia y la intensidad de los síntomas.
«A la hora de determinar el nivel de gravedad del asma, es fundamental realizar una historia clínica detallada en la que el paciente describa sus principales síntomas. Además, se realizan pruebas de función respiratoria, como la espirometría, para evaluar la salud pulmonar», sostiene Santiago Rodríguez-Segade.
De esta forma, dependiendo de la función pulmonar del paciente, los profesionales de la salud suelen distinguir entre asma intermitente, asma persistente leve, asma persistente moderada y asma persistente grave.
Asma intermitente
«En este nivel, los síntomas del asma son poco frecuentes, aparecen menos de dos veces a la semana y no afectan las actividades diarias. La función pulmonar es normal entre los episodios», indica el especialista en Neumología.
Asma persistente leve
Las manifestaciones aparecen más de dos veces por semana, pero todavía no se presentan diariamente. Tienen una ligera incidencia en las actividades rutinarias del paciente, aunque no llegan a afectar notablemente a su calidad de vida. La función pulmonar, por su parte, sufre un leve declive.
Asma persistente moderada
Tal y como señala el facultativo, en el tercer escalón la gravedad comienza a ascender: «Los síntomas son diarios y afectan significativamente las actividades diarias. Es posible que se necesiten medicamentos adicionales para controlar los síntomas y mantener la función pulmonar».
Asma persistente grave
Llegamos, finalmente, al último de los tipos de asma. Las personas con asma persistente grave sufren un malestar severo y continuo, que no desaparece ni siquiera durante las noches. Las manifestaciones interfieren de manera muy considerable en sus actividades diarias, y su función pulmonar está gravemente afectada.
El tratamiento del asma
La medicación recetada a los pacientes asmáticos tiene un doble objetivo: controlar los síntomas y, a la vez, reducir la inflamación de las vías respiratorias.
La estrategia de tratamiento del asma, como revela Santiago Rodríguez-Segade, es escalonada y depende de los tipos de asma: «En el asma intermitente pueden ser suficientes los medicamentos de rescate, como los broncodilatadores de acción rápida. Para el asma leve se prefieren los corticoides inhalados a dosis bajas. Y a partir de aquí se comenzaría a escalar tratamiento en diferentes combinaciones y dosis de broncodilatadores y corticoides inhalados».
Al cabo de un tiempo, el paciente acudirá de nuevo a la consulta médica, donde los especialistas evaluarán su respuesta al tratamiento con el fin de determinar su eficacia. Para ello, le preguntarán si se encuentra mejor y pondrán en marcha las pruebas para medir la función pulmonar, comparando estos resultados con los de las anteriores y comprobando si ha habido una mejoría, un empeoramiento o una estabilización.
«Este seguimiento continuo permite ajustar el tratamiento según sea necesario para lograr un control óptimo del asma y mejorar la calidad de vida del paciente», asevera el doctor del Hospital San Rafael de A Coruña.
Asimismo, en función de los tipos de asma, los profesionales educarán a los pacientes en el manejo de esta enfermedad, las medidas más efectivas para controlar los desencadenantes de las crisis y los cambios en el estilo de vida que podrían resultar beneficiosos.