¿Cuándo ha de realizarse una operación de válvula mitral?

La operación de válvula mitral se puede abordar como un procedimiento mínimamente invasivo

El doctor Gonzalo Peña, responsable del Servicio de Cardiología del Hospital San Rafael, analiza en este artículo cuándo y por qué es recomendable proceder a una operación de válvula mitral

Es una estadística que se repite año tras año. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de fallecimientos tanto a nivel mundial como en España. En nuestro país, según las estadísticas del INE, uno de cada tres óbitos está relacionado con estas patologías. Cuidar la salud del corazón y de nuestro sistema circulatorio es, en pura lógica, mucho más que una recomendación. Es por ello que este artículo se detiene en las alteraciones de un componente crítico del corazón como es la válvula mitral y responde a una pregunta concreta que cada año se formulan miles de pacientes: ¿Cuándo ha de realizarse una operación de válvula mitral?

Para analizar la cuestión y detenernos en la naturaleza del problema, hemos contado con la ayuda del doctor Gonzalo Peña, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital San Rafael de A Coruña.

En primer lugar, habría que precisar que la válvula mitral es una de las cuatro presentes en el corazón para que la sangre fluya en la dirección correcta dentro de nuestro cuerpo. En este caso, la sangre que llega oxigenada desde los pulmones a la aurícula izquierda tiene que pasar al ventrículo izquierdo a través de esta válvula para que posteriormente se impulse desde el ventrículo a través de la válvula aórtica al resto del organismo.

Si la válvula mitral no se cierra o abre correctamente, se desencadenará un problema con el flujo sanguíneo y no se distribuirá al resto del cuerpo correctamente. Un problema médico serio por cuanto provocará un sobreesfuerzo al corazón. ¿Los síntomas asociados? Falta de aliento, fatiga o debilidad.

¿Por qué no funciona correctamente la válvula mitral?

El mal funcionamiento de este componente del corazón, y una eventual operación de válvula mitral, puede ser debido a dos problemas fundamentales. Estos son:

  • Insuficiencia. El origen de esta alteración se deriva de los problemas en el correcto cierre de la válvula. Cuando ello ocurre y el ventrículo impulsa sangre hacia el resto del organismo, una parte de la misma retrocede a través de la válvula mitral hacia la aurícula izquierda para acabar llegando a los pulmones.
  • Estenosis. En este caso, la alteración es causada por problemas asociados a la correcta apertura de la válvula mitral. Cuando el o la paciente sufre estenosis, la sangre que es oxigenada en los pulmones no puede viajar hasta el ventrículo al encontrar una barrera en la válvula mitral.

Sea como fuere, ambas alteraciones generan un aumento de la presión sanguínea, de tal forma que el volumen de la aurícula izquierda retrocede hacia las venas pulmonares, lo que en última instancia provoca una acumulación de líquido en los pulmones. ¿La consecuencia consiguiente? Disnea y falta de oxígeno en la sangre.

Pero los problemas no se quedan ahí. Si no se trata correctamente y a tiempo, la patología tenderá a agravarse dado que el corazón acabará por adaptarse de manera patológica a su nueva situación. ¿Cómo? Aumentando el tamaño de la aurícula, lo que predispone al paciente a sufrir arritmias y altas probabilidades de formarse trombos que pueden desencadenar un ictus.

Tanto la insuficiencia como la estenosis se clasifican en varios grados de severidad, que orientan su pronóstico y tratamiento. Cuando es leve, apenas existe repercusión clínica y lo único que hay que hacer es un seguimiento con ecocardiograma para valorar el grado de progresión. Cuando es severa, es el momento de realizar una operación de válvula mitral.

La edad o los malos hábitos de vida pueden causar estas patologías de corazón

El origen de los problemas

La anatomía de la válvula mitral es compleja y tiene varios componentes que pueden afectar de formas diferentes. Las causas y los mecanismos que originan los trastornos son de una naturaleza muy diversa. La degeneración asociada a la edad y el paso del tiempo suele ser la causa más frecuente, pero también puede ser desestructurada por una infección, por haber padecido fiebre reumática en la juventud o por sufrir un infarto de corazón.

La aparición de los síntomas suele ser de forma progresiva y presentan la patología de forma crónica. Lo habitual es que los pacientes se vayan adaptando a los síntomas y vayan disminuyendo su capacidad funcional progresivamente o hasta que se presenten problemas como arritmias, ictus o se sometan a una sobrecarga como pudiera ser una cirugía no cardiaca o un proceso respiratorio.

Hay en todo caso un cuadro especialmente crítico en lo referente a las alteraciones de la válvula mitral. Se trata de aquellos pacientes que se ven afectados por la patología de forma aguda y súbita. En estos casos, el corazón no tiene tiempo a adaptarse y es frecuente que se desarrollen edemas agudos pulmonares, un problema muy grave y que requiere de una intervención urgente cuando se produce en el contexto de un infarto, traumatismo o infección cardiaca.

¿Cómo se realiza una operación de válvula mitral?

Cuando se presentan los síntomas descritos y el grado de insuficiencia o estenosis es severo se debe realizar una operación de válvula mitral. Lo explica de forma detallada y concisa el doctor Peña: «En función de cómo esté afectada la válvula, tendremos que recurrir a diferentes tipos de intervención, que irán desde la reparación de la válvula mitral a la sustitución por una prótesis artificial, bien mecánica o artificial. La operación de válvula mitral se realiza mediante una cirugía abierta con circulación extracorpórea, aunque en los últimos años está ganando terreno la cirugía mínimamente invasiva».

Una técnica esta, la cirugía cardiaca mínimamente invasiva, en la que el Hospital San Rafael de A Coruña se ha convertido en un referente a nivel nacional por la experiencia acumulada por los equipos que dirige el doctor Carlos Velasco y el doctor Peña en el Servicio de Cirugía Cardiaca y Cardiología. Y es que este abordaje para realizar intervenciones como una operación de válvula mitral no solo presenta niveles de eficacia y eficiencia muy elevados, sino también un posoperatorio mucho menos severo para el paciente.

En este sentido, a día de hoy es posible realizar una operación de válvula mitral mediante cateterismo sin necesidad de abrir el tórax. En este procedimiento se accederá al corazón a través de una vena con un catéter para realizar diferentes operaciones: dilatación de la estenosis con un catéter-balón, acercamiento de los velos que forman la válvula para disminuir el orificio de regurgitación, terapia borde a borde con clip mitral e incluso el implante de prótesis cardiaca mitral sin necesidad de parar el corazón cuando la anatomía no es favorable para realizar un procedimiento percutáneo.

En última instancia, el postoperatorio va a depender del tipo de intervención, pero sobre todo de otros factores del paciente como la edad, la causa de la disfunción valvular y otras comorbilidades. Así, por ejemplo, en caso de una infección el paciente tendrá que permanecer ingresado de forma prolongada ya que habrá que administrarle antibioterapia. Por el contrario, si se somete a una intervención percutánea y programa por una patología crónica, el paciente puede ser dado de alta en 24-48 horas o en 5-6 días si se trata de una cirugía abierta.

En conclusión, la operación de válvula mitral ha avanzado a nivel médico de forma exponencial en los últimos años gracias en buena medida a técnicas como la cirugía mínimamente invasiva. Un abordaje que permite a miles de pacientes cada año solucionar la alteración médica y retornar a su vida normal en un plazo de tiempo relativamente corto.