Neuropatía diabética: ¿Qué es y cómo se trata?

Una de cada diez personas con diabetes tiene dolor crónico en pies y manos por causa de la neuropatía diabética

Uno de cada diez pacientes con diabetes experimenta dolor neuropático crónico en los pies debido al daño irreversible de los nervios

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que afecta al metabolismo de la glucosa. Una de las complicaciones más frecuentes y menos conocidas de la diabetes, ya sea de tipo 1 o 2, es la neuropatía diabética.

La neuropatía diabética se refiere al daño en el sistema nervioso causado por la diabetes. En las etapas iniciales es asintomática y, a medida que el daño avanza, puede manifestarse con síntomas como pérdida de sensibilidad, hipersensibilidad, hormigueo, entumecimiento o diversos tipos de dolor intenso.

Los pacientes con neuropatía diabética dolorosa conviven con el dolor de forma crónica, ya que el daño a los nervios es, a menudo, irreversible. Sin embargo, el tratamiento adecuado puede aliviar su sufrimiento y mejorar su calidad de vida.

En este artículo, exploramos en qué consiste el dolor neuropático causado por la diabetes, cómo se manifiesta y cuáles son los últimos avances en el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa.

¿Qué es la neuropatía diabética?

La neuropatía diabética es una complicación de la diabetes que ocurre cuando los nervios se dañan debido a la persistencia de elevados niveles de azúcar en sangre, o hiperglucemia.

«La hiperglucemia mantenida da lugar a sustancias tóxicas que inducen daño celular y un ambiente proinflamatorio, lo que se relaciona con la aparición de dolor y daño neurológico a largo plazo», explica la doctora Irene Zayas, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital San Rafael de A Coruña.

Los efectos perjudiciales parecen ser mayores en personas que presentan otros factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial u obesidad.

Esta comorbilidad es frecuente en personas diabéticas. La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que afecta al metabolismo de la glucosa y que, sobre todo en el caso de la diabetes tipo 2, está asociada a otros factores de riesgo cardiovascular como son la hipertensión arterial, elevación del colesterol, resistencia a la insulina y sobrepeso-obesidad, entre otros.

La neuropatía diabética puede estar presente desde estadios tempranos de la diabetes. En etapas iniciales, es asintomática. Habitualmente, la neuropatía diabética empieza a notarse en los dedos de los pies, se va extendiendo al resto del pie y puede subir por la pierna. Con el tiempo, los efectos pueden aparecer también en las manos.

A medida que el daño en el sistema nervioso avanza, se pueden experimentar diversos síntomas de neuropatía diabética. En algunos pacientes, la neuropatía diabética se manifiesta con pérdida de sensibilidad o, todo lo contrario, hipersensibilidad, así como sensación de hormigueo, entumecimiento, ardor o frío intenso.

Entre las complicaciones más frecuentes, se encuentra la neuropatía dolorosa, que está claramente infradiagnosticada. De nuevo, distintos pacientes pueden sentir dolor neuropático de forma diferente.

¿Qué es el dolor neuropático?

El dolor neuropático es aquel causado por un daño en el sistema nervioso, ya sea por una lesión o por una enfermedad. Se distingue entre neuropatía central, cuando afecta al cerebro y a la médula espinal, y periférica, en el resto de nervios.

Más de tres millones de españoles sufren dolor neuropático crónico y cada año se diagnostican 400.000 casos nuevos. De las diversas causas tras la neuropatía dolorosa, una de las más frecuentes es la diabetes.

La neuropatía diabética dolorosa es un tipo de neuropatía periférica desarrollada por pacientes con diabetes que suele manifestarse en los pies y, en menor medida, también en las manos. El inicio de síntomas a menudo es insidioso, de predominio en miembros inferiores, bilateral, aparece en reposo y empeora por las noches.

El dolor neuropático se expresa en diferentes formas, desde ardor y hormigueo hasta hipersensibilidad o dolor intenso, y supone una importante merma de la calidad de vida.

Según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el 60% de las personas con dolor neuropático tienen trastornos del sueño, el 42% sufre fatiga, el 34% padece depresión y el 25%, ansiedad. Además, el 65% ha tenido que reducir sus actividades cotidianas por este motivo.

Los efectos del dolor neuropático «repercuten en la vida social, laboral y familiar, a menudo resultando en incapacidades laborales temporales o permanentes», señala el doctor César Bonome, jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor y director médico del Hospital San Rafael de A Coruña.

¿Se cura la neuropatía diabética?

La neuropatía diabética es una enfermedad crónica para la que no existe cura. Los daños sufridos por las fibras nerviosas se van extendiendo durante años y, cuando los síntomas se manifiestan, ya son irreversibles.

En algunos casos, en pacientes asintomáticos o con síntomas leves, es posible lograr que los síntomas remitan con tratamiento médico y un control adecuado de los niveles de glucosa en sangre.

En la diabetes, el buen control de la glucosa a largo plazo, mediante tratamiento con insulina o medicamentos antidiabéticos, tiene un papel muy importante en la prevención de la aparición de la neuropatía diabética.

«Especialmente en la diabetes tipo 2, se ha visto que el control de la tensión arterial, la pérdida de peso y la reducción de cifras de colesterol podrían mejorar el curso de la neuropatía diabética», apunta la doctora Zayas.

Sin embargo, el objetivo principal del tratamiento de la neuropatía diabética es ralentizar el avance de la enfermedad y controlar el dolor con medicación y terapia para mejorar la calidad de vida del paciente.

De no atajarse, la neuropatía diabética incrementa el riesgo de sufrir incidentes cardiovasculares, además de llevar al desarrollo de una úlcera del pie diabético, que en los casos más graves puede llevar a la amputación de la extremidad afectada.

La electromiografía y los estudios de velocidad de conducción nerviosa son pruebas diagnósticas de la neuropatía diabética

Tratamiento farmacológico de la neuropatía diabética dolorosa

El tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa se centra en aliviar el dolor neuropático con una combinación de medicación y terapias adaptadas a los síntomas y circunstancias de cada paciente.

En personas con diabetes diagnosticada, se pueden iniciar tratamientos preventivos para el dolor neuropático incluso antes de que se manifieste completamente. El diagnóstico temprano es de gran ayuda en este sentido. El daño nervioso se puede detectar con una prueba de velocidad de conducción nerviosa antes de que el paciente presente síntomas.

En cualquier caso, un control estricto de la diabetes es clave. Se debe llevar un control adecuado de los niveles de azúcar en sangre para evitar grandes fluctuaciones e hiperglucemias que agraven el daño al sistema nervioso.

Con la patología de base controlada, el tratamiento del dolor neurológico se desarrolla en varios niveles, de menor a mayor intensidad. El primer nivel es el farmacológico, como explica el doctor Bonome: «La primera línea incluye antidepresivos, anticonvulsivos y analgésicos; la segunda línea incorpora parches de lidocaína y capsaicina, junto con opioides de baja potencia».

Cuando las pastillas y los parches son insuficientes para proporcionar un alivio del dolor, puede ser necesario acudir al hospital para recibir tratamientos médicos más intensivos.

Soluciones para el dolor neuropático más persistente

Los tratamientos denominados de tercera línea consisten en la administración de «opioides potentes, toxina botulínica y bloqueos anestésicos con esteroides, así como la neuroestimulación», apunta el especialista en Anestesiología y jefe de la Unidad de Tratamiento del Dolor del Hospital San Rafael de A Coruña.

Los bloqueos anestésicos consisten en la administración local de agentes anestésicos o esteroides que interrumpen la transmisión del dolor en los nervios afectados.

La toxina botulínica se inyecta de forma subcutánea para bloquear la conexión neuromuscular, relajando el músculo en la zona afectada.

La neuroestimulación abarca una serie de técnicas que utilizan ligeros impulsos eléctricos, magnéticos o ultrasónicos para estimular los nervios dañados y reducir la sensación de dolor.

En paralelo, la fisioterapia y el ejercicio pueden ayudar a disminuir el dolor y mejorar la funcionalidad. Y la terapia psicológica proporciona un apoyo para gestionar el dolor y mejorar la calidad de vida.

Como apunta el doctor Bonome, «el dolor neuropático es un problema complejo y su tratamiento efectivo debe incluir a los especialistas que tratan la patología base, en este caso la diabetes, así como a los profesionales de la Unidad de Dolor y los equipos de fisioterapia y rehabilitación».

«Un enfoque multidisciplinario y personalizado puede mejorar tanto el síndrome doloroso como la calidad de vida de los pacientes», concluye el director médico del Hospital San Rafael de A Coruña.