
El VPH (Virus del Papiloma Humano) es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes entre la población sexualmente activa. Y, en ocasiones, puede desembocar en la aparición de un cáncer de cuello uterino.
De los más de 200 tipos de virus VPH que se conocen, sólo unos 40 van a afectar a las mucosas del cuello uterino, vagina, vulva, ano y pene. La infección más conocida de las producidas por estos virus son las verrugas genitales o condilomas, que se relacionan con tipos virales de bajo riesgo. Los tipos virales de alto riesgo oncogénico van a producir lesiones fundamentalmente en el cuello uterino, siendo los responsables del 99,8% de los casos de cáncer de cuello uterino, así como, de muchos de los cánceres de vagina, vulva, ano, pene, cavidad oral y orofaringe.
El VPH se transmite generalmente por medio del contacto sexual. La mayoría de los adultos que tienen relaciones sexuales habrán tenido una infección por virus VPH en algún momento de su vida. Generalmente esta infección desaparece por si sola en el transcurso de 24 meses, sin que la persona llegue a enterarse de que la tiene. Solamente un porcentaje pequeño de personas, fundamentalmente mujeres, en las que el virus persiste, van a desarrollar una lesión precursora que con el tiempo puede evolucionar hacia un cáncer invasor, como el cáncer de cuello uterino.
Desde los comienzos de la realización de citologías del cuello uterino, allá por los años 50, el número de cánceres de cuello uterino ha disminuido espectacularmente. La citología es por tanto el método de screening o cribado por excelencia para la detección precoz de las lesiones precursoras de cáncer de cuello uterino y vagina. La realización de una citología a partir de los 3 años tras las primeras relaciones sexuales debe de ser el comienzo de estos controles periódicos. La Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia dispone de una página web donde se aclaran más cuestiones sobre la infección por VPH y sus consecuencias.
En el consultorio de esta semana, el doctor Pedro Rodríguez Barro, especialista en Ginecología del Hospital San Rafael de A Coruña, despeja las dudas más frecuentes sobre la identificación del cáncer de cuello uterino.
Citología y biopsia: cómo detectar el cáncer de cuello uterino
Doctor, me han realizado una citología que salió alterada y me han dicho que voy a tener un cáncer. ¿Qué puedo hacer?
Cuando una citología sale alterada hay que ver qué tipo y grado de alteración tiene. Las alteraciones detectadas aun en el caso de que sean graves, no evolucionan siempre hacia un cáncer y en todo caso lo hacen normalmente después de un cierto tiempo. Lo que hay que hacer cuando se detecta una anomalía en la citología es consultar al especialista de Ginecología para que este valore los pasos a seguir. Normalmente nos van a indicar que realicemos una colposcopia para determinar el alcance y severidad de las lesiones.
Doctor, me han detectado una alteración en la citología y me han dicho que tengo que realizarme una colposcopia. ¿En qué consiste la colposcopia?
La colposcopia es un procemiento por el cual se examina el cuello uterino con un microscopio especial (colposcopio) en busca de las lesiones que presenta el cuello causantes de la alteración en la cilogología. Si se encuentran lesiones se toma una muestra o biopsia, que sirve para confirmar la información que se sospecha en la citología. Su realización no es dolorosa y tan sólo causa molestias similares a las de la toma de citología.
Doctor, me han realizado una biopsia del cuello uterino. ¿En qué consiste esa biopsia y para qué sirve?
La biopsia del cuello uterino consiste en extirpar un fragmento muy pequeño de tejido, de unos milímetros, con el fin de estudiar de forma más precisa lo que se sospecha en la citología y en las imágenes de colposcopia. Su resultado sirve para hacer un diagnóstico preciso de las lesiones del cuello y así planificar el tratamiento más adecuado a cada caso.
Doctor, me han diagnosticado una lesión de alto grado mediante una biopsia del cuello uterino y me han indicado realizar una conización del cuello. ¿En qué consiste dicha técnica?
La conización del cuello uterino es una técnica quirúrgica para el tratamiento de las lesiones de alto grado del cuello uterino. Consiste en la extirpación del tejido del cuello donde asientan las lesiones que previamente se han estudiado con colposcopia y biopsia. Con esta técnica el cuello suele quedar curado de las lesiones y permite además un estudio más detallado de la extensión de dichas lesiones.