Fibroadenoma de mama: qué es y cuándo puede ser peligroso

El fibroadenoma de mama suele aparecer en las mujeres entre los 15 y los años

El fibroadenoma de mama, un bulto de tejido que se forma en el interior del seno, puede afectar a una de cada diez mujeres

Las mamas están compuestas por tejido conectivo fibroso y glandular. Cuando estos comienzan a crecer de forma más rápida de lo habitual, es común que se forme un bulto de tejido dentro del seno: el fibroadenoma de mama.

En la mayoría de los casos, este nódulo mamario suele ser benigno e indoloro. Puede afectar a mujeres de todas las edades, siempre y cuando tengan menstruación, de ahí que lo más frecuente es que surjan entre los 15 y los 35 años de edad.

«Se estima que el 10 % de todas las mujeres desarrollarán un fibroadenoma en algún momento de su vida», señala Cristina Varela, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital San Rafael de A Coruña.

Estos tumores, que al tacto pueden recordar a una canica o una moneda, tienen una forma redonda. Además, responden a la presión y se mueven con facilidad en el interior del tejido. Su dimensión media ronda los 2,5 centímetros, pero pueden aumentar de tamaño con el paso del tiempo, ya que crecen de manera lenta y progresiva.

Tipos de fibroadenomas

No hay una única clase de fibroadenomas, sino que se pueden distinguir dos grandes categorías: los simples y los complejos.

El fibroadenoma de mama simple es liso y suele medir entre 1 y 3 centímetros. Por regla general, no entraña ningún riesgo de convertirse en cáncer de mama. El fibroadenoma de mama complejo, por su parte, sí que podría conllevar un incremento del riesgo de desarrollar cáncer mamario. Sus células pueden variar y tienen características diferentes, de ahí que esta clase de nódulo pueda ir haciéndose más y más grande.

Si bien estos dos fibroadenomas son los más comunes, es posible encontrar otros menos frecuentes, como los fibroadenomas gigantes (aquellos cuyas dimensiones exceden los 5 centímetros) y los fibroadenomas juveniles (aquellos que se detectan en adolescentes o jóvenes).

Por qué aparece el fibroadenoma de mama

Todavía no se conocen con exactitud las causas que motivan el surgimiento de un fibroadenoma de mama. Pero todo apunta a que las hormonas desempeñan un rol determinante.

«Las observaciones sugieren que la hormona estrógeno y una alta sensibilidad del tejido mamario a la hormona juegan un papel relevante en la probabilidad de desarrollar un fibroadenoma», indica la doctora Varela, que también se ha especializado en el tratamiento de las mamas fibroquísticas.

¿Por qué? Para comenzar, el fibroadenoma de mama tiende a responder a los cambios hormonales. Por ejemplo, suele aumentar de tamaño durante el embarazo, mientras que la llegada de la menopausia suele hacer que se encoja. La lactancia y los ciclos menstruales, otros dos factores asociados con las fluctuaciones hormonales, también ejercen influencia en sus dimensiones.

Y, por último, la especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo afirma que los expertos han encontrado «vínculos entre la toma de la píldora anticonceptiva antes de los 20 años y un mayor riesgo de desarrollar fibroadenoma de mama».

La mamografía es una de las pruebas más utilizadas para diagnosticar el fibroadenoma de mama

Los riesgos del fibroadenoma de mama

Encontrar un tumor en las mamas puede generar preocupación en muchas mujeres, que no tardan en preguntarse si podría tratarse de cáncer mamario. En estos casos, lo más conveniente es acudir a la consulta médica para que un profesional valore la situación, determinando si existe o no algún peligro.

Ahora bien, si el nódulo resulta ser un fibroadenoma de mama, ¿supone esto algún riesgo para la salud?

Estos tumores, como vimos anteriormente, suelen ser benignos. Y, como apunta la doctora del Hospital San Rafael de A Coruña, la degeneración a un cuadro de cáncer «es extremadamente rara».

Los fibroadenomas comunes no implican un mayor riesgo de padecer cáncer de mama. Por este motivo, la recomendación más repetida tras el diagnóstico consiste en vigilarlo, acudiendo regularmente al especialista para mantener un control estrecho.

No obstante, el nivel de riesgo sí podría elevarse cuando se trata de un fibroadenoma de mama complejo o un tumor filoides (un tumor que surge en el tejido conectivo del seno y crece más rápidamente).

Cómo se diagnostica el fibroadenoma de mama

Cuando la paciente con un tumor mamario recurre a un especialista, este llevará a cabo un examen físico exhaustivo. Generalmente, la exploración mamaria es suficiente para diagnosticar el fibroadenoma de mama. Sin embargo, si todavía quedan dudas o se encuentra un nódulo que levanta sospechas, es posible efectuar nuevos exámenes para obtener más información.

La mamografía, una de las pruebas más utilizadas para detectar el cáncer de mama, emplea los rayos X para conseguir una imagen fiable de las glándulas mamarias. La ecografía, por otro lado, se sirve de los ultrasonidos para identificar las lesiones mamarias sin echar mano de la radiación. Y la biopsia por punción con aguja gruesa permite extraer una muestra de tejido para examinarla en el laboratorio con el objetivo de esclarecer su naturaleza.

Es posible, además, tener más de un fibroadenoma de mama de manera simultánea, que pueden presentarse en una o en ambas mamas al mismo tiempo.

El tratamiento del fibroadenoma de mama

Un gran porcentaje de los fibroadenomas se reducen de forma natural con el paso del tiempo. Y, a los pocos años, pueden desaparecer por completo. En las mujeres adolescentes, sin embargo, el efecto de las hormonas puede traducirse en un aumento del tamaño.

Asimismo, la gran mayoría no suelen provocar dolor. Estos nódulos mamarios solo tienden a generar molestias durante los días previos al período menstrual o cuando alcanzan unas dimensiones considerables.

Y es por estos motivos por los que, como subraya Cristina Varela, para el fibroadenoma de mama «no existe un tratamiento específico. Al tratarse de lesiones benignas, por lo general no precisan de tratamiento».

En la mayor parte de los casos, un seguimiento periódico por parte de los profesionales es suficiente. La paciente deberá acudir a la consulta cada cierto tiempo, habitualmente una vez al año, para comprobar que todo está en orden.

Pero cuando el nódulo mamario aumenta significativamente de volumen o causa dolor sí es conveniente iniciar un tratamiento, como asegura la doctora Varela: «En caso de cambio en su morfología o si genera molestias es oportuna la biopsia o la extirpación».

La tumorectomía es uno de los procedimientos más efectivos para extirpar el fibroadenoma de mama. Mediante esta cirugía, los profesionales realizan una escisión completa del nódulo con la ayuda de un bisturí. Una técnica que ya se lleva a cabo en el Hospital San Rafael de A Coruña, con el fin de evitar que los tumores se malignicen y ayudar a las pacientes a despedirse del malestar.

No hay que olvidar que, tras la intervención quirúrgica, todavía pueden aparecer nuevos fibroadenomas o, incluso, otro tipo de tumores. Si esto ocurre, es necesario ponerse otra vez en manos de profesionales, que efectuarán nuevas pruebas para dilucidar su naturaleza y su nivel de peligro.