Causas de la valvulopatía mitral

Las causas de la valvulopatía mitral suelen ser un cierre defectuoso de la válvula (insuficiencia) o su engrosamiento (estenosis)

La insuficiencia mitral y la estenosis mitral son patologías cardíacas frecuentemente causadas por el deterioro de la válvula mitral

La valvulopatía mitral se refiere a las enfermedades que afectan al buen funcionamiento de la válvula mitral, una de las cuatro compuertas que gestionan el flujo de sangre en el corazón. Las causas de la valvulopatía mitral varían en función del defecto que tenga la válvula.

Este mal funcionamiento puede ser consecuencia de insuficiencia (incompetencia del cierre de la válvula mitral) o por estenosis (restricción al paso de sangre a través de esta válvula).
Algunas de las causas de la valvulopatía mitral más frecuentes están relacionadas con la fiebre reumática, las enfermedades autoinmunes y el deterioro asociado a la edad.

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) estima que una de cada ocho personas mayores de 75 años padece alguna valvulopatía moderada o importante. La insuficiencia mitral es la segunda patología valvular más frecuente en esta población, por detrás de la estenosis aórtica.

A continuación, entramos en detalle en el funcionamiento y complicaciones asociadas a la válvula mitral.

Tipos de valvulopatía mitral: Insuficiencia y estenosis

Existen cuatro válvulas en el corazón (aórtica, mitral, pulmonar y tricúspide). Son cuatro compuertas que actúan de forma sincronizada para garantizar que la sangre fluye en la dirección correcta. Cuando algún problema impide que trabajen correctamente, hablamos de una valvulopatía.

La válvula mitral regula el flujo de sangre que va de loa aurícula izquierda al ventrículo izquierdo. Con cada latido, la válvula mitral se abre para permitir el paso de la sangre que llega oxigenada de los pulmones y se cierra para evitar que retroceda antes de que sea bombeada a la aorta a través de la válvula aórtica.

Las causas de la valvulopatía mitral son, fundamentalmente, dos: un engrosamiento de la válvula que hace que el diámetro de apertura sea menor, reduciendo el flujo de sangre (estenosis), o un cierre defectuoso que hace que el flujo de sangre retroceda (insuficiencia).

Insuficiencia mitral

La insuficiencia mitral, también conocida como regurgitación mitral, se produce cuando el cierre de la válvula mitral no es completamente hermético. Esto provoca que, al contraerse el ventrículo (sístole) para bombear la sangre hacia la aorta, una parte del flujo retroceda a la aurícula izquierda.

Las consecuencias son notables para el paciente, como explica el doctor Carlos Velasco, especialista en Cirugía Cardíaca del Hospital San Rafael de A Coruña: «Este aumento de sangre en la aurícula izquierda eleva las presiones en esta cámara, generando congestión pulmonar y edema, dificultado el intercambio de oxígeno y CO2 en el pulmón, y provocando disnea (fatiga) en los pacientes».

Cuanto mayor sea la fuga de sangre, más grave es la insuficiencia, pudiendo llegar a provocar un agrandamiento del ventrículo izquierdo, debilitando el músculo cardíaco por sobreesfuerzo, y acabar desarrollando insuficiencia cardíaca.

La insuficiencia mitral es la segunda valvulopatía más frecuente, solo por detrás de la estenosis aórtica degenerativa.

Estenosis mitral

La estenosis mitral se produce cuando los bordes de la válvula mitral se engrosan, estrechando la apertura máxima, lo que reduce el flujo de sangre.

Esto provoca que el corazón tenga que hacer un mayor esfuerzo para bombear, elevando la presión arterial. Además, la sangre que no logra pasar a través de la válvula mitral se va acumulando en la aurícula, que se agranda para compensar.

Del mismo modo que en la insuficiencia mitral, en los casos más graves, esta restricción del paso de la sangre a través de la válvula mitral puede favorecer la aparición de edema pulmonar e insuficiencia cardíaca.

Principales causas de la valvulopatía mitral

Las causas de la valvulopatía mitral suelen estar relacionadas con el deterioro causado por la edad. Fundamentalmente, porque los tejidos se vuelven o demasiado duros (calcificación) o demasiado blandos (prolapso) para que las válvulas funcionen correctamente.

A continuación, explicamos brevemente las causas de la valvulopatía mitral:

  • Calcificación: La acumulación de calcio con la edad hace que el tejido de la válvula mitral se engrose y se endurezca, reduciendo la apertura de la válvula (estenosis) y la flexibilidad necesaria para un cierre hermético (insuficiencia).
  • Prolapso y rotura de cuerdas: Es un tipo de degeneración por la que el tejido de la válvula mitral se vuelve demasiado flexible para mantener un cierre hermético, por lo que la sangre se filtra de vuelta a la aurícula cuando la válvula debería estar cerrada (insuficiencia).
  • Fiebre reumática: La estenosis mitral puede ser una complicación de la fiebre reumática, una enfermedad inflamatoria derivada de la infección por estreptococo. Sigue siendo un problema de salud importante en países en desarrollo, pero en España y otros países industrializados la incidencia se ha reducido considerablemente.
  • Radioterapia: En ocasiones, la radiación en el área del pecho puede causar un engrosamiento y endurecimiento de la válvula mitral, aunque los efectos se presentan décadas después del tratamiento.
  • Ataque cardíaco: El daño a los tejidos causado por un infarto agudo de miocardio puede afectar a la válvula mitral, impidiendo su correcto funcionamiento.
  • Otras causas: En casos aislados, afecciones autoinmunes como el lupus pueden causar daños en la válvula mitral. También pueden producirse por problemas cardíacos congénitos (alteraciones del desarrollo de la válvula mitral durante el período fetal) o adquiridos (miocardiopatía o endocarditis).

Muchas de las causas de la valvulopatía mitral están asociadas al deterioro propio de la edad

En la experiencia del doctor Velasco, «las causas más frecuentes de disfunción de esta válvula son la fiebre reumática, las enfermedades autoinmunes, la degeneración del tejido valvular asociado a la edad (muchas veces acompañada de importante calcificación de los velos o del anillo mitral), el prolapso valvular por exceso de tejido de la válvula, la rotura de parte de parte los componentes de esta válvula por endocarditis o infartos de miocardio, la radioterapia, la dilatación anular y las alteraciones valvulares por alteraciones del desarrollo de la propia válvula (enfermedades congénitas)».

Opciones de tratamiento quirúrgico

Más allá de las causas de la valvulopatía mitral, la elección del tratamiento adecuado depende de la severidad del caso. Las valvulopatías ligeras no suponen un riesgo inmediato para la salud, por lo que es suficiente con hacer un seguimiento para comprobar su evolución.

La valvulopatía mitral moderada necesita revisiones más frecuentes y, en función de la condición del paciente, puede controlarse con medicación diurética y/o anticoagulante.

Los casos graves requieren una operación de válvula mitral para reparar la válvula o, si eso no es posible, substituirla por una prótesis artificial, ya sea biológica o mecánica.

Tradicionalmente, esta era una intervención que requería apertura esternal completa. Hoy en día, las técnicas de cirugía mínimamente invasiva han abierto una puerta a tratamientos mucho menos agresivos.

Las opciones de cirugía mínimamente invasiva incluyen el tratamiento de estas patologías con técnicas endovasculares en la sala de hemodinámica y cirugías video asistidas en quirófanos preparados para realizar este tipo de intervenciones.

Lo explica en detalle el doctor Velasco: «La cirugía valvular mitral se aborda clásicamente por esternotomía media, abriendo todo el esternón, cortando el hueso por la mitad; mientras que con técnicas miniinvasivas podemos tratar parte de la patología mitral en una sala de hemodinámica a través de un cateterismo cardíaco o cirugía mini invasiva a través una incisión entre las costillas de 5-7 centímetros, sin necesidad cortar el hueso y con la ayuda de una cámara para asistir la visión del campo quirúrgico. Con estas técnicas se evita cortar el esternón, con lo que se reduce el dolor, el sagrado postoperatorio y el tiempo de recuperación para el paciente».

El postoperatorio de la cirugía valvular mínimamente invasiva es menos doloroso y la recuperación es mucho más rápida que con la cirugía clásica. Apenas se dañan tejidos circundantes y la herida superficial es mucho más pequeña, con la consecuente ventaja estética asociada. El paciente puede recibir el alta hospitalaria en 4 o 5 días e incorporarse al trabajo en 3 semanas.